La verdad es que el nombre que le dan a esta receta es un poco cursi, igual que muchas de las recetas de repostería que nos encontramos... parece que se le quisiera dar imagen de sutileza, fragilidad...
La cuestión es que están muy buenas, que para tomarlas con el café van fenomenal y que tienen una textura abizcochada que las hace muy "nubes"... la manzana, después de horneadas las piezas queda prácticamente imperceptible, suavizando el sabor de forma exquisita.
80 grs. azúcar
1 sobre (8 grs.) vainilla azucarada
2 huevos
100 grs. margarina, a temperatura ambiente
260 grs. harina
8 grs. levadura química (tipo Royal)
3 manzanas, peladas, sin corazón, cortadas a daditos
Azúcar glas, para espolvorear
1 sobre (8 grs.) vainilla azucarada
2 huevos
100 grs. margarina, a temperatura ambiente
260 grs. harina
8 grs. levadura química (tipo Royal)
3 manzanas, peladas, sin corazón, cortadas a daditos
Azúcar glas, para espolvorear
Preparación:
Batir los
huevos con el azúcar y la vainilla hasta obtener una mezcla blanquecina.
Agregar la margarina y después la harina tamizada con la levadura. Agregar las
manzanas a la mezcla, mezclándolo todo bien.
Con la ayuda de
dos cucharas soperas, formar quenelles (forma similar a las croquetas caseras)
y disponerlas en una bandeja forrada con silpat o papel sulfurizado.
Hornear a 200
grados durante 10 minutos. Dejar enfriar encima de una rejilla.
Cuando estén
frías, espolvorear con azúcar glas.
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